En su número de Enero 12,
la Revista The economist ha publicado su tradicional actualización del índice
Big Mac, que trata de medir qué tan sobrevaloradas o subvaluadas están las
monedas de diferentes países con relación al dólar.
La teoría de la paridad del poder de compra, como un
determinante de la tasa de cambio, parte de una idea muy simple: por los
movimientos en los precios o en tasas de cambio, o por una combinación de ambos,
los precios de los bienes transables (los economistas entendemos por bienes
transables aquellos que pueden ser objeto de comercio internacional), deberían
tender a ser iguales en los diferentes países. Esto permitiría igualar el valor
de las corrientes comerciales. Los superávits y los déficits tendrían a
desaparecer. .
Los movimientos en las tasas de cambio están determinados
por la abundancia o escasez de la moneda extranjera. Tomemos el caso de
Colombia. Un déficit en nuestra cuenta corriente de la balanza de pagos (los
pagos son superiores a los ingresos, porque nuestras importaciones son
superiores a nuestras exportaciones) se debería traducir en una escasez de
dólares. Ello haría que su precio suba, es decir, se produce
una devaluación del peso colombiano.
Como resultado de lo anterior, los bienes importados
serán más caros en pesos, lo cual disminuirá su demanda en el mercado nacional.
Los exportados serán más baratos en dólares, lo cual los hará más competitivos
en los mercados internacionales, y nuestras exportaciones aumentarán. El equilibrio se establecerá cuando el nuevo
tipo de cambio iguale los precios de bienes transables con los precios
internacionales, y en ese momento tendremos una situación de equilibrio:
nuestra balanza comercial se habrá equilibrado. Las exportaciones son iguales a
la importaciones, la demanda de dólares es igual a la oferta, y tendremos
entonces un tipo de cambio de equilibrio.
La idea que tuvieron los editores de la revista The
Economist a mediados de los años 80, fue
la de encontrar una mercancía representativa cuyo precio en un país con
relación al de los Estados Unidos, pudiera dar una idea de si su moneda estaba
por encima o por debajo de su punto de equilibrio. Con ello se podría predecir las tendencias de las monedas a devaluarse o a revaluarse. La mercancía que escogieron
fue la hamburguesa Big Mac, que es vendida bajo estándares universales, lo cual permite la comparación de precios sin temor a que los productos sean diferentes.
Comparando los precios de la BigMac en Estados Unidos
(US4,62), y los precios en Colombia, la tasa de cambio que equilibraría la
balanza comercial en Colombia sería hoy, 4 de Febrero, de $1861,47. La tasa
representativa del mercado del dólar está en $2041,34. Esto nos indica que
nuestra moneda se ha devaluado más de la cuenta: el tipo de cambio está un 8,8%
por encima de su valor de equilibrio.
Cómo pueden cambiar las cosas en un corto período de tiempo.
La última vez que hablé de este tema, hace aproximadamente un año, Colombia era, medido en el precio de la Big Mac, el segundo
país más caro del mundo, solamente superado por Brasil.
No había duda que estábamos en un grave
problema: nuestros productos transables eran carísimos. Si nuestras
exportaciones habían aumentado, solo la habían hecho en aquellos bienes que
no necesitan del estímulo de la tasa de
cambio: petróleo, carbón, ferroníquel, y café. Es decir, las exportaciones que
se denominan tradicionales. Mientras tanto las exportaciones menores,
correspondientes a aquellos bienes agrícolas o industriales donde nuestra
capacidad competitiva depende no de la existencia de recursos naturales sino de
los costos internos, se habían debilitado notoriamente. Estábamos enfrentando
lo que se llama “enfermedad holandesa”, por lo que le sucedió a Holanda en los
años 70, cuando su moneda se revaluó como producto del auge de las
exportaciones de petróleo.
El gráfico adjunto muestra la evolución de la composición de nuestras
exportaciones:
Fuente: Elaborado según Balanza de pagos del Banco de la Répública. Estimado el último trimestre del 2014.
El peso de las tradicionales pasó de un 49% en el 2006 a un 70% en el 2013.
Un indicador de la capacidad competitiva de la agricultura y
de la industria colombiana son los costos salariales medidos en dólares. El
salario mínimo, que jalona el comportamiento de los salarios promedios en
Colombia, se ha duplicado entre el 2006 y el 2014, bastante por encima de la
inflación internacional. En esto han incidido tanto la revaluación nominal del
peso, como los incrementos que han superado consistentemente las tasas de
inflación.
Fuente: Elaborado con cifras Banco de la República (salario
mínimo y tasas de cambio promedio)
El gráfico adjunto muestra el comportamiento de nuestra
moneda con relación al índice Big Mac:
Fuente: Construido con datos obtenidos de The Economist (precio en Estados Unidos), Mc Donalds de Colombia (precio en Colombia, información telefónica) y Superintendencia Financiera (Tasa representativa del mercado).
Cuando la tasa implícita (línea roja) está por encima de la tasa representativa, el peso colombiano está sobrevalorado. Cuando sucede la situación contraria, está subvaluado. Como se puede apreciar, la sobrevaluación llegó a su extremo hacia octubre de 2010, cuando era del 22%. Desde principios del 2013 comenzó un proceso de corrección, que se aceleró en las últimas semanas del año y en el mes de Enero del 2014.
Una paradoja, la revaluación se presentó en nuestro país a pesar de que teníamos un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, nuestra moneda se revaluó. El déficit como porcentaje del PIB pasó a ser del 1,9% en 2006 al 3,5% en el 2013. Esto parece contradecir todo lo que dice la teoría de la paridad del poder de compra.
Fuente: elaborado con cifras del DANE (PIB) y del Banco de la República (Balanza de pagos). En ambos casos se han estimado los datos del 2013.
La explicación a este extraño fenómeno hay que encontrarla en el otro componente de la balanza de pagos: la cuenta de capitales. Sobre este tema nos ocuparemos en la próxima entrada.
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