Al analizar las
cifras sobre el Producto Interno Colombiano informados por el DANE recientemente,
se pueden hacer análisis interesantes. Comparto algunos cálculos iniciales.
Acaban de ser publicadas por el DANE las cifras del Producto
Interno Bruto correspondientes al año anterior. A pesar de todo el consenso que
existe sobre las limitaciones de esta información, en el sentido de que el bienestar
de los habitantes de un país no se puede medir exclusivamente por su actividad
productiva, las cifras sobre el tamaño de la economía y sobre su crecimiento siguen
siendo importantes. Para decirlo en términos de nuestro famoso campeón Pambelé,
continúa siendo mejor ser rico que pobre.
El crecimiento del año anterior fue solo del 1,96%, que se
aproxima decimalmente al 2%, y que es el se reportó a los medios de
comunicación. Hay que recordar que, en la medida en que con el transcurso de los
meses se mejora la información estadística recogida por el DANE, se corrigen
las cifras de los períodos anteriores. Llamo
la atención sobre el hecho de que la cifra hoy reportada para el año 2015 es
inferior a la que se había informado en marzo de 2016; el PIB inicialmente reportado para ese año era de
531,3 billones (pesos constantes del año
2005). Ahora el DANE nos informa que el
dato del 2015 es de 532,2 billones. Podríamos pensar que esa diferencia de 100
mil millones no tiene ninguna relevancia. Sin embargo, con estos nuevos datos
el crecimiento del año 2015 hubiera sido del 2,9 (con relación a la cifra que en
ese momento se había informado sobre el 2014) y no del 3,1%. Por otra parte, si el dato de 2015 se hubiera
mantenido, el crecimiento del 2016 no hubiera sido del 2% como informó el DANE,
sino del 1,9%. Esta oportuna corrección de las cifras del año 2015 sirvió para
lograr que las barreras sicológicas del 3% para el año 2015 y del 2% para el
2016 se superaran.
El crecimiento anual promedio del PIB desde el 2010 ha sido
del 4,1%. Como la población, según las proyecciones del DANE, ha crecido en un
1,15% anual , el PIB per cápita ha crecido solo en un 3%. Con esa tasa tomará 23 años duplicar el
ingreso promedio de los residentes en Colombia derivado de actividades
productivas (que es lo que mide el PIB per cápita).
¿Cómo nos comparamos en el tamaño de la economía, en el
crecimiento y en el PIB per cápita con otros países? No hay otra solución que
traducir el PIB de todos los países a una moneda común, como el dólar. Esto
expone la medición a las fluctuaciones en las tasas de cambio, pero con todo
ello, encontramos informaciones interesantes. Nuestro PIB en dólares (utilizando
las tasas promedio de cada año informadas por el Banco de la República) ha
caído en un 26% desde 2013 al pasar de 380 mil millones en el 2013 hasta 282
mil millones en el 2016. Esto es consecuencia de la devaluación del peso
colombiano en un 63% entre esos dos años.
Como lo hemos explicado en otras entradas http://franciscoazuero.blogspot.com.co/2015/08/el-deficit-de-cuenta-corriente-en.html
la devaluación constituye el mecanismo de ajuste que nos debe llevar a corregir
el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que llegó a un nivel sin
precedentes del 6,5% en el año 2015. Para los tres primeros trimestres del 2016
(solo hay información de la balanza de pagos hasta septiembre), ese déficit fue
del 4,6% del PIB. El ajuste está funcionando. Los mediocres resultados de
crecimiento económico son consecuencia precisamente de esto. Era necesario que
el gasto total de la economía bajara, y con ello la demanda interna por bienes
y servicios.
Como consecuencia de lo anterior, el PIB per
cápita en dólares corrientes cayó de US$8068 en 2010 a US$5800 en el 2016, una
caída del 28%. ¿Cómo nos comparamos
internacionalmente? La tabla siguiente muestra algunos de los datos registrados
para el año 2015, a partir de la base de datos del Banco Mundial (no han sido
aún publicados los datos del 2016). Como se puede apreciar, el PIB per cápita
de Colombia (medido a las tasas de cambio de mercado) es un noveno del de
Estados Unidos, la sexta parte de Francia, la cuarta parte de España, y la
mitad del de Chile. El de China es superior al nuestro en un 31%.
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