Según noticia publicada en el Diario Portafolio, el Presidente Uribe le solicitó al director de la Aerocivil, “expedir en los próximos días una resolución mediante la cual las líneas aéreas tengan que cobrar la llamada tarifa administrativa en las ventas de tiquetes que hagan por Internet”.
En la época anterior a Internet, el proceso de armar un itinerario, reservar pasajes y de armar paquetes turísticos podía ser particularmente complejo. Las agencias de viajes tenían la información y la experiencia para prestar un servicio de asesoría especializado. Se justificaba entonces que recibieran una remuneración por dichos servicios, que se calculaba normalmente sobre el valor de los pasajes o del hospedaje hotelero.
Una de las ventajas del comercio electrónico consiste en que ha puesto en las manos de los usuarios finales la posibilidad de desempeñarse como sus propias agencias de viajes. Pueden ellos comparar precios, reservas cupos de vuelo u hoteles, adquirir boletas para parques de diversiones o espectáculos, etc. Es indudable que se necesitan menos las agencias de viaje. Es un hecho económico derivado del progreso, frente al cual el Estado no debería intervenir.
De todas maneras puede haber personas o empresas que por diversas razones prefieran utilizar las agencias de viaje. Puede ser porque no dominen ni quieran dominar la tecnología, porque tengan más confianza en un interlocutor de carne y hueso que en uno mortal, o simplemente porque no quieran dedicar tiempo a esas labores de búsqueda de alternativas, de reservación y de pago. En el caso de las empresas, en lugar de contratar personal para armar los viajes de sus ejecutivos, prefieren utilizar las agencias. Están en su derecho y lo lógico es que paguen la comisión por la utilización de esos servicios. Lo que no es justo es que paguen por ese servicio quienes no lo utilizan.
Hace tres años las agencias de viaje habían logrado que la Aeronáutica Civil expidiera la Resolución 3596 que decretó mínimos en los montos que las aerolíneas paguen a las agencias de viajes por concepto de comercialización de transporte de pasajeros. Esa comisión empezó a ser del 6% en el 2006, y debía disminuir gradualmente hasta llegar al 1% a partir del 1 de Julio de 2009. Estableció además esta resolución el “cobro obligatorio no reembolsable de una tarifa por expedición de tiquetes o tarifa administrativa aplicable en las ventas de servicio de transporte aéreo en unos montos fijos establecidos en la misma resolución”. Se establecía por otra parte (art 4 ) que en el caso de las ventas efectuadas en su totalidad por Internet las aerolíneas y las agencias de viajes podrián cobrar una tarifa administrativa diferente a la señalada en la resolución.
Argumenta el gremio de las agencias de viajes que lo que se busca con la resolución solicitada por ellas es que “se genere un equilibrio entre los canales de distribución y la posibilidad de un desarrollo tecnológico para las agencias de viajes”. Si por equilibrio se entiende que el pasaje debe costar lo mismo cualquiera sea el canal utilizado, ello es absurdo. Si el usuario es el que se encarga de hacer el mismo la transacción, utilizando el Internet, él debe ser el que se gane la tal comisión, bajo la forma de precios inferiores.
En cuanto a las “posibilidades de desarrollo tecnológico”, no veo claro de qué se trata. Nada les impide a las agencias de viaje sistematizarse más, si ello es rentable para su negocio. De todas maneras, en el considerando 10 de la resolución 3596 se contempla que el “el Gobierno Nacional, en el marco del XI Congreso de Agencias de Viajes, manifestó su intención de incentivas el desarrollo de la competitividad para las agencias de viajes con el fin de que éstas puedan asumir los retos de la transformación económica que deben emprender”. Se suponía, dentro de la lógica gubernamental, que en este período de transición de tres años las agencias deberían hacer las inversiones necesarias para modernizarse.
El gobierno, a través del subdirector de la aeronáutica civil, ha planteado que se está estudiando una alternativa de igualar el valor de los pasajes entre los otorgados por Internet y los vendidos a través de las agencias sin perjudicar los intereses de los usuarios. Digámoslo claramente: ello es imposible. El precio que cobren las aerolíneas está determinado por la oferta y la demanda, y cualquier recargo obligatorio se convertirá en un impuesto que se traslade directamente al consumidor
De expedirse efectivamente una resolución semejante, estaríamos claramente ante otro ejemplo, de los muchos que existen en Colombia, de otorgamiento de rentas a sectores o a empresarios escogidos por el Gobierno. [1] Recordemos que esta situación se presenta, cuando algún agente económico obtiene ingresos, no a partir de su aporte a la economía, sino como resultado del aprovechamiento en su favor de los poderes redistributivos del gobernante. Cuando esta situación se generaliza, y no dudamos en afirmar que ello está pasando en Colombia, lo que determina quien se hace rico no es el esfuerzo, la innovación o la capacidad competitiva, sino la voluntad del supremo dispensador de favores.
[1] Sobre la búsqueda de rentas, el lector puede ver nuestra anterior entrada: Innovación, emprendimiento y búsqueda de rentas.
En la época anterior a Internet, el proceso de armar un itinerario, reservar pasajes y de armar paquetes turísticos podía ser particularmente complejo. Las agencias de viajes tenían la información y la experiencia para prestar un servicio de asesoría especializado. Se justificaba entonces que recibieran una remuneración por dichos servicios, que se calculaba normalmente sobre el valor de los pasajes o del hospedaje hotelero.
Una de las ventajas del comercio electrónico consiste en que ha puesto en las manos de los usuarios finales la posibilidad de desempeñarse como sus propias agencias de viajes. Pueden ellos comparar precios, reservas cupos de vuelo u hoteles, adquirir boletas para parques de diversiones o espectáculos, etc. Es indudable que se necesitan menos las agencias de viaje. Es un hecho económico derivado del progreso, frente al cual el Estado no debería intervenir.
De todas maneras puede haber personas o empresas que por diversas razones prefieran utilizar las agencias de viaje. Puede ser porque no dominen ni quieran dominar la tecnología, porque tengan más confianza en un interlocutor de carne y hueso que en uno mortal, o simplemente porque no quieran dedicar tiempo a esas labores de búsqueda de alternativas, de reservación y de pago. En el caso de las empresas, en lugar de contratar personal para armar los viajes de sus ejecutivos, prefieren utilizar las agencias. Están en su derecho y lo lógico es que paguen la comisión por la utilización de esos servicios. Lo que no es justo es que paguen por ese servicio quienes no lo utilizan.
Hace tres años las agencias de viaje habían logrado que la Aeronáutica Civil expidiera la Resolución 3596 que decretó mínimos en los montos que las aerolíneas paguen a las agencias de viajes por concepto de comercialización de transporte de pasajeros. Esa comisión empezó a ser del 6% en el 2006, y debía disminuir gradualmente hasta llegar al 1% a partir del 1 de Julio de 2009. Estableció además esta resolución el “cobro obligatorio no reembolsable de una tarifa por expedición de tiquetes o tarifa administrativa aplicable en las ventas de servicio de transporte aéreo en unos montos fijos establecidos en la misma resolución”. Se establecía por otra parte (art 4 ) que en el caso de las ventas efectuadas en su totalidad por Internet las aerolíneas y las agencias de viajes podrián cobrar una tarifa administrativa diferente a la señalada en la resolución.
Argumenta el gremio de las agencias de viajes que lo que se busca con la resolución solicitada por ellas es que “se genere un equilibrio entre los canales de distribución y la posibilidad de un desarrollo tecnológico para las agencias de viajes”. Si por equilibrio se entiende que el pasaje debe costar lo mismo cualquiera sea el canal utilizado, ello es absurdo. Si el usuario es el que se encarga de hacer el mismo la transacción, utilizando el Internet, él debe ser el que se gane la tal comisión, bajo la forma de precios inferiores.
En cuanto a las “posibilidades de desarrollo tecnológico”, no veo claro de qué se trata. Nada les impide a las agencias de viaje sistematizarse más, si ello es rentable para su negocio. De todas maneras, en el considerando 10 de la resolución 3596 se contempla que el “el Gobierno Nacional, en el marco del XI Congreso de Agencias de Viajes, manifestó su intención de incentivas el desarrollo de la competitividad para las agencias de viajes con el fin de que éstas puedan asumir los retos de la transformación económica que deben emprender”. Se suponía, dentro de la lógica gubernamental, que en este período de transición de tres años las agencias deberían hacer las inversiones necesarias para modernizarse.
El gobierno, a través del subdirector de la aeronáutica civil, ha planteado que se está estudiando una alternativa de igualar el valor de los pasajes entre los otorgados por Internet y los vendidos a través de las agencias sin perjudicar los intereses de los usuarios. Digámoslo claramente: ello es imposible. El precio que cobren las aerolíneas está determinado por la oferta y la demanda, y cualquier recargo obligatorio se convertirá en un impuesto que se traslade directamente al consumidor
De expedirse efectivamente una resolución semejante, estaríamos claramente ante otro ejemplo, de los muchos que existen en Colombia, de otorgamiento de rentas a sectores o a empresarios escogidos por el Gobierno. [1] Recordemos que esta situación se presenta, cuando algún agente económico obtiene ingresos, no a partir de su aporte a la economía, sino como resultado del aprovechamiento en su favor de los poderes redistributivos del gobernante. Cuando esta situación se generaliza, y no dudamos en afirmar que ello está pasando en Colombia, lo que determina quien se hace rico no es el esfuerzo, la innovación o la capacidad competitiva, sino la voluntad del supremo dispensador de favores.
[1] Sobre la búsqueda de rentas, el lector puede ver nuestra anterior entrada: Innovación, emprendimiento y búsqueda de rentas.
Comentarios
hace poco más de un mes que me sumergí en este mundo de buscar vuelos baratos en internet, y buscando el porqué de esa "tarifa administrativa" encontré lo absurda que puede resultar la respuesta. y por cierto, no hallo claridad sobre cuanto es que cobran....
me pregunto si esa clase de tarifas son cobradas en otros países, o si por el contrario, es uno de las ya excesivas y repetitivas "contribuciones" que hacemos los colombianos para aumentar la inequidad en este país.