En entradas anteriores hemos seguido la evolución del índice Big Mac para Colombia, índice creado por la revista The Economist, y que ella ha venido utilizando desde mediados de los años ochenta. Como se recuerda, este índice se basa en la teoría de la paridad de poder de compra. Si los precios de un país A son superiores a los del país B, y si suponemos un libre comercio entre los dos países, los precios tenderán a igualarse entre ellos por cualquiera de los siguientes mecanismos: aumentarán las exportaciones del país B al país A (subiendo los precios en B y bajándolos en A), disminuirán las exportaciones de B hacia A ( contribuyendo al mismo resultado), y el deterioro en la cuenta corriente de la balanza de pagos del país A hará que su moneda se devalúe (disminuyendo sus precios expresados en la moneda de B).
He venido siguiendo el comportamiento del índice Big Mac para Colombia desde el año 2003. El ejercicio es muy simple: el precio de la Big Mac en Colombia (una simple llamada telefónica sirve para conocerla) se divide por el precio de la misma en dólares en Estados Unidos (informado por The Economist). El resultado es la tasa de cambio implícita, es decir, aquella que igualaría el precio de la BigMac en los dos países. Si se compara esta tasa con la tasa representativa del mercado (TRM) reportada por la Superintendencia Financiera, podemos saber si la moneda colombiana está sobrevalorada o subvalorada con relación al dólar. El gráfico adjunto nos muestra esta evolución desde el año 2003. Si la línea roja está por encima de la verde, quiere decir que el peso está sobrevalorado.

En el 2003 y hasta mediados del 2006, el peso colombiano estaba subvalorado. Recordemos que la crisis de finales del siglo pasado en Colombia se tradujo en una amplia devaluación de nuestra moneda (153% en términos nominales entre 1997 y 2003). En el 2003 la subvaloración del peso era de un 15%.
A partir del 2007, y salvo un pequeño lapso motivado por la crisis mundial que azotó al mundo a partir del tercer trimestre del 2008, el peso colombiano ha estado sobrevalorado. El nivel máximo de sobrevaloración se presentó en Febrero del 2011 (21%). Los últimos datos calculados por mí a finales de mayo de 2012 dan cuenta de una sobrevaloración del 12%, que, en condiciones normales, podrían presagiar una devaluación en este porcentaje.
La teoría de la paridad de poder de compra tiene sin embargo una falla importante: asume que los movimientos en las tasas de cambio están determinados exclusivamente por el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Es cierto que se ha presentado un deterioro de este indicador en Colombia, consecuencia, entre otras causas, de la revaluación. El déficit ha pasado de ser del 1.3% del PIB en el 2005 al 3% en el 2011. Hubiera sido mayor el déficit de no mediar el incremento en los precios y en las cantidades de petróleo y de carbón exportado (estas exportaciones, a diferencia de las agrícolas y manufactureras no son afectadas por la revaluación).
Otra consecuencia de la revaluación consiste es la elevación en dólares, de los precios de los productos vendidos en Colombia, con relación a lo que pasa en el resto del mundo. La información que produce periódicamente la Unión de Bancos Suizos permite comparar la evolución relativa de los niveles de precios en 73 ciudades, dentro de las cuales está Bogotá. Mientras en el 2003 la canasta representativa de bienes y servicios en Bogotá costaba el 39% de lo que costaba en Nueva York, para el 2011 ya dicha canasta costaba el 64% Esta situación se presentó en general en la mayoría de las economías emergentes. El gráfico siguiente muestra ese comportamiento para varias ciudades latinoamericanas. Hoy las ciudades más caras en Latinoamérica son Caracas y Río de Janeiro, en donde los precios, con relación a Nueva York, han aumentado en un 57% y en un 149% respectivamente. En tercer lugar está Bogotá.

Si los precios han subido, ¿qué ha pasado con los ingresos? UBS complementa su encuesta estudiando los niveles de salarios pagados a los nacionales de cada país en las ciudades analizadas. Mientras que en el 2003 el salario neto (después de descuentos) medio en dólares era en Bogotá un 11,8% del registrado en Nueva York, en el 2011 había pasado a ser del 25%. Solo en Río de Janeiro se había presentado un incremento superior en esta relación.
La combinación del alza en precios y del alza en salarios permite calcular la evolución del poder de compra, calculado nuevamente con relación a la ciudad de Nueva York. Un trabajador promedio en Bogotá gana en términos de poder de compra un 35% de lo que gana su contraparte en Nueva York. Pero no nos dejemos engañar por estas cifras. Recordemos que el PIB per cápita era en el 2010, según los datos del Banco Mundial, un 13% del de Estados Unidos, en tasas de cambio de mercado, y un 20% en términos de paridad de poder de compra. La encuesta de Bancos Suizos es adelantada entre trabajadores formales, y un gran número de trabajadores colombianos se encuentra en el sector informal de la economía.
Otra cuenta interesante que se puede hacer con los datos disponibles. Cuántos minutos de salario mínimo son necesarios para comprar una Big Mac? La respuesta está en el cuadro adjunto. Mientras en el 2003 se necesitaban 282 minutos, hoy la puede adquirir con 219 minutos de trabajo. Algo ha mejorado la capacidad de compra de los colombianos. Pero todavía es mucho lo que nos falta.
He venido siguiendo el comportamiento del índice Big Mac para Colombia desde el año 2003. El ejercicio es muy simple: el precio de la Big Mac en Colombia (una simple llamada telefónica sirve para conocerla) se divide por el precio de la misma en dólares en Estados Unidos (informado por The Economist). El resultado es la tasa de cambio implícita, es decir, aquella que igualaría el precio de la BigMac en los dos países. Si se compara esta tasa con la tasa representativa del mercado (TRM) reportada por la Superintendencia Financiera, podemos saber si la moneda colombiana está sobrevalorada o subvalorada con relación al dólar. El gráfico adjunto nos muestra esta evolución desde el año 2003. Si la línea roja está por encima de la verde, quiere decir que el peso está sobrevalorado.

En el 2003 y hasta mediados del 2006, el peso colombiano estaba subvalorado. Recordemos que la crisis de finales del siglo pasado en Colombia se tradujo en una amplia devaluación de nuestra moneda (153% en términos nominales entre 1997 y 2003). En el 2003 la subvaloración del peso era de un 15%.
A partir del 2007, y salvo un pequeño lapso motivado por la crisis mundial que azotó al mundo a partir del tercer trimestre del 2008, el peso colombiano ha estado sobrevalorado. El nivel máximo de sobrevaloración se presentó en Febrero del 2011 (21%). Los últimos datos calculados por mí a finales de mayo de 2012 dan cuenta de una sobrevaloración del 12%, que, en condiciones normales, podrían presagiar una devaluación en este porcentaje.
La teoría de la paridad de poder de compra tiene sin embargo una falla importante: asume que los movimientos en las tasas de cambio están determinados exclusivamente por el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Es cierto que se ha presentado un deterioro de este indicador en Colombia, consecuencia, entre otras causas, de la revaluación. El déficit ha pasado de ser del 1.3% del PIB en el 2005 al 3% en el 2011. Hubiera sido mayor el déficit de no mediar el incremento en los precios y en las cantidades de petróleo y de carbón exportado (estas exportaciones, a diferencia de las agrícolas y manufactureras no son afectadas por la revaluación).
Otra consecuencia de la revaluación consiste es la elevación en dólares, de los precios de los productos vendidos en Colombia, con relación a lo que pasa en el resto del mundo. La información que produce periódicamente la Unión de Bancos Suizos permite comparar la evolución relativa de los niveles de precios en 73 ciudades, dentro de las cuales está Bogotá. Mientras en el 2003 la canasta representativa de bienes y servicios en Bogotá costaba el 39% de lo que costaba en Nueva York, para el 2011 ya dicha canasta costaba el 64% Esta situación se presentó en general en la mayoría de las economías emergentes. El gráfico siguiente muestra ese comportamiento para varias ciudades latinoamericanas. Hoy las ciudades más caras en Latinoamérica son Caracas y Río de Janeiro, en donde los precios, con relación a Nueva York, han aumentado en un 57% y en un 149% respectivamente. En tercer lugar está Bogotá.

Si los precios han subido, ¿qué ha pasado con los ingresos? UBS complementa su encuesta estudiando los niveles de salarios pagados a los nacionales de cada país en las ciudades analizadas. Mientras que en el 2003 el salario neto (después de descuentos) medio en dólares era en Bogotá un 11,8% del registrado en Nueva York, en el 2011 había pasado a ser del 25%. Solo en Río de Janeiro se había presentado un incremento superior en esta relación.
La combinación del alza en precios y del alza en salarios permite calcular la evolución del poder de compra, calculado nuevamente con relación a la ciudad de Nueva York. Un trabajador promedio en Bogotá gana en términos de poder de compra un 35% de lo que gana su contraparte en Nueva York. Pero no nos dejemos engañar por estas cifras. Recordemos que el PIB per cápita era en el 2010, según los datos del Banco Mundial, un 13% del de Estados Unidos, en tasas de cambio de mercado, y un 20% en términos de paridad de poder de compra. La encuesta de Bancos Suizos es adelantada entre trabajadores formales, y un gran número de trabajadores colombianos se encuentra en el sector informal de la economía.
Otra cuenta interesante que se puede hacer con los datos disponibles. Cuántos minutos de salario mínimo son necesarios para comprar una Big Mac? La respuesta está en el cuadro adjunto. Mientras en el 2003 se necesitaban 282 minutos, hoy la puede adquirir con 219 minutos de trabajo. Algo ha mejorado la capacidad de compra de los colombianos. Pero todavía es mucho lo que nos falta.

Comentarios
janeiro y como pude comprobar es mas barato en nuestro país respecto a otros cercanos como Colombia