Continuamos con los comentarios sobre el libro El Capital en el Siglo XXI de Thomas Piketty, que comentábamos en nuestra entrada anterior. Pero vamos a concentrarnos en lo que sucede al aplicar dicha metodología al caso colombiano.
Una de las principales tesis del Piketty, consiste en que, puesto que la rentabilidad del capital tiende a ser superior a la tasa de crecimiento de la economía, la proporción del Producto Interno Bruto que remunera al capital tiende a crecer. Como además, los que derivan sus ingresos del capital son menos que los que derivan sus ingresos del trabajo, la tendencia resultante es la de un incremento en la concentración del ingreso.
Qué nos pueden decir las cifras en Colombia? Tal vez valga la pena señalar que desde el punto de la distribución del ingreso, los sistemas de Cuentas Nacionales nos presentan cuatro posibles receptores de los ingresos generados en la economía resultantes de la actividad productiva:
a) Remuneración a los asalariados. Son los pagos y contribuciones que las unidades productivas efectúan a favor de sus empleados en contraprestación al trabajo realizado
b) Excedente de explotación. Es el exceden te devengado en los procesos de producción. Incluye las utilidades, los intereses y las rentas. De acuerdo con la metología de Piketty, constituyen todos estos componentes indiscutibles de la remuneración al capital.
c) Los ingresos mixtos. En las pequeñas unidades productivas que no están constituidas como sociedad, la remuneración de sus dueños puede corresponder tanto a trabajo como a capital, y no es posible diferenciar entre estos dos conceptos. En una economía como la colombiana, en la cual la informalidad tiene un peso importante, los ingresos mixtos también tendrá también un peso significativo.
d) Los impuestos (una vez restados los subsidios) sobre la producción de los bienes o servicios obtenidos como productos, es decir, los impuestos indirectos. Aquí se incluye por ejemplo, el IVA. El gobierno participa entonces en la repartición del valor agregado generado en los procesos productivos.
Con la ayuda de las cuentas nacionales anuales publicadas por el DANE he construido el siguiente cuadro, que muestra la distribución del valor agregado bruto entre sus distintos componentes (recomiendo marcar sobre el cuadro para apreciarlo mejor):
Como se aprecia en el cuadro, la remuneración al trabajo ha caído desde un 35% a un 33% entre 1994 y 2012. El ingreso mixto bruto, es decir, el obtenido por aquellas pequeñas unidades productivas en donde es imposible distinguir entre la remuneración al trabajo o al capital ha disminuido desde un 27,9% a un 21,8%. La participación del gobierno en el valor agregado, a través de impuestos indirectos netos de subsidios, ha disminuido dos puntos porcentuales (pese a los incrementos en el IVA). En fin, la participación del excedente bruto de explotación, es decir la proporción del PIB que constituye indudablemente remuneración al capital en sus diferentes formas, ha aumentado desde un 27,7% del PIB en 1993, hasta un 36,3% en el 2012.
Facundo Alvarado y Juliana Londoño en su estudio (que se puede consultar aquí utilizaron la metodología del profesor Piketty para estudiar en detalle el caso colombiano, basándose en microdatos sobre el impuesto a la renta provistos por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales. Sus conclusiones son las siguientes: a) Se reafirma que Colombia tiene unos ingresos altamente concentrados, aun cuando en proporciones bastante superiores a lo que indican los índices GINI. El 1% de ingresos más altos concentra el 20,4% del total de ingresos en el 2010. Este porcentaje es el más alto en la muestra de países disponibles, salvo el caso del Estados Unidos, que has estado por encima de Colombia desde finales de los años 90. b) Los ingresos más altos en Colombia corresponden en su mayoría a rentistas de capital o a terratenientes. Es muy distinto el caso que se presenta en Estados Unidos y en otros países desarrollados, en los cuales los altos ingresos se explican por incrementos importantes a los altos ejecutivos. Esto hace que nuestro país sea desde este punto de vista una sociedad más tradicional. c) Los impuestos a renta contribuyen muy poco a reducir estas desigualdades. Los ricos pagan muy pocos impuestos, como resultado de las bajas tasas existentes a los ingresos de capital, fenómeno generalizado como consecuencia de la competencia internacional por atraer capitales. Pero afirman que lo sobresaliente de Colombia son las tasas muy modestas de impuestos que pagan los más ricos. Por otra parte, señalan que las contribuciones a la seguridad social para los ultra-ricos son insignificantes: equivalen al 0,3% de su ingreso. Afirman además que la naturaleza de los alivios tributarios, que favorecen especialmente a los más ricos, hace que los impuestos sean regresivos. Tarde o temprano el Congreso y el Gobierno tendrán que reformular la estructura de los impuestos personales ligados al capital. Es apenas uno de los instrumentos para corregir las inequidades derivadas de la exagerada concentración del ingreso, como lo señala Piketty en los capítulos 14 y 15 de su libro. Es oportuno preguntar en este momento a los candidatos presidenciales cuál es su posición sobre los impuestos a la renta sobre los ingresos al capital. Ojalá se pronunciaran sobre ello.
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