El dato de
crecimiento del PIB recientemente publicado por el DANE es positivo. En año
corrido (de enero a septiembre) fue del 2,9%, algo superior al que teníamos
en marzo y en junio (2,7% y 2,6% respectivamente) y mucho mayor que el que
teníamos en septiembre del 2024 (1,2%).
Para
analizar las causas de este crecimiento es necesario entender el comportamiento
de cada uno de los componentes de la demanda interna y de la balanza comercial.
Vamos entonces por pasos.
La demanda
interna se compone del consumo de los hogares, del gobierno y de la formación bruta
de capital. El consumo de los
hogares corresponde al conjunto de bienes y servicios de consumo comprados, en
el territorio nacional o en el exterior (por ejemplo a través de
importaciones), por los hogares residentes en el país. Este consumo representó entre enero y septiembre
del 2025 un 76% del PIB, pero creció con relación a los tres primeros trimestres
del año anterior en un 3,9% en términos reales, es decir, después de aislar el
efecto de la inflación.
Los gastos de consumo del gobierno son el segundo gran
componente de la demanda interna. Corresponden
a lo que gastan en funcionamiento los gobiernos (todas las ramas del poder público,
ejecutivo, legislativo y judicial) en todos sus niveles (nacional,
departamental y municipal),. Están incluidos aquí los sueldos y diversas formas
de remuneración a los funcionarios públicos (por ejemplo, contratos de
prestación de servicios), así como adquisición de suministros como papel, municiones,
combustibles, servicios de comunicación (telefonía celular o fija, internet y
servicios públicos domiciliarios), entre otros. Este gasto ha representado hasta septiembre
un 16,6% del PIB y creció en los tres primeros trimestres un 7,1 % en términos
reales, es decir, dos y media veces el
crecimiento de la economía.
La formación bruta de capital fijo consiste en la ampliación
de la capacidad productiva de la economía, tanto por parte del sector privado
como del público, a través de la producción o adquisición de bienes destinados para
ese propósito. Se contabilizan aquí el incremento
en la maquinaria, las nuevas edificaciones, equipos de oficina, acueductos, redes eléctricas
y de comunicación, carreteras, puentes, etc. Su participación en el PIB fue entre
enero y septiembre de 17,1%, y creció con relación al año anterior en un 2,9%. Los inventarios (crecimiento de existencia
tanto de productos finales como de materias primas, tanto en las actividades
privadas como públicas) representaron
solo un 1% del PIB y crecieron en un 113%.
Las ventas de productos y servicios
colombianos al exterior (exportaciones)
contribuyen al crecimiento del PIB, así
no hagan parte de la demanda interna de bienes y servicios. Por su parte, las
compras que hagamos a otros países (importaciones) significa que una parte de la demanda interna,
sea originada en consumo de los hogares, del gobierno o en la inversión, no contribuyen
a dicho crecimiento. Por lo tanto, el saldo en la balanza comercial (diferencia
entre exportaciones e importaciones) se suma a la demanda interna para obtener
el total del PIB. La balanza comercial de Colombia con el resto del mundo ha sido
tradicionalmente negativa. Entre enero y septiembre del 2025 ese valor negativo fue del 11,7%
del PIB, superior en un 24% (recordemos que estamos
hablando en valores constantes) con relación al año anterior.
Al multiplicar
el peso de cada uno de los componentes de la demanda en el PIB por su tasa de crecimiento, es posible explicar la participación de cada
uno de los componentes de la demanda en el crecimiento registrado hasta
septiembre de este año. Es la información que se muestra en el gráfico 1.
Gráfico
1
Participación de los componentes de la demanda
en el crecimiento del PIB Enero- Septiembre
2025 con relación a Enero- Septiembre
2024
Fuente: Elaborado a partir de cifras del DANE, Cuentas
nacionales trimestrales.
Como se
aprecia, el crecimiento del consumo de los hogares fue superior al crecimiento del
PIB en un 9% y el gasto del gobierno fue un 41% del mismo crecimiento. Por su parte, el incremento en el saldo negativo
de la balanza comercial fue mayor en un 85,5% al crecimiento del PIB. Tanto el
crecimiento en la formación bruta de capital fijo como en inventarios contribuyeron
cada uno en porcentajes del 18,2% y 17,2% al crecimiento de la economía.
Estos datos
nos permiten sacar unas primeras conclusiones sobre la sostenibilidad de esta dinàmica de la economía para los próximos años. La
demanda interna (en pesos constantes) que
es la suma del consumo de los hogares, del gobierno , de la formación bruta de
capital fijo y del incremento en inventarios, creció en un 10,7% en términos reales.
Mientras tanto, el PIB, como lo habíamos señalado antes, solo creció un
2,9%. La diferencia entre estas dos
cifras explica el incremento en el saldo negativo de la balanza comercial.
No es
posible, a partir de las cifras del DANE, conocer directamente cuál es la es la
responsabilidad del gobierno central
nacional (es decir, el financiado con el Presupuesto General de la Nación) en ese
crecimiento del consumo público. Pero se pueden hacer algunas estimaciones.
La
ejecución presupuestal en gastos de funcionamiento
creció entre enero-septiembre de 2024 y enero-septiembre de 2025 en un 28,1% en
términos nominales[1]. Si ajustamos por la inflación anual hasta
septiembre, que fue del 6,1% (medida por
el deflactor implícito del PIB), ello da un crecimiento real del 20,6%. Por otra parte, según los datos del Marco
Fiscal de Mediano Plazo del año 2023 (último año para que se han publicado
estos datos), los gastos de funcionamiento
del gobierno central nacional son aproximadamente el 65,2% de los del gobierno
general total [2],
que es el dato que se podría aproximar el que utiliza el DANE para medir los
gastos gubernamentales en las cuentas nacionales.
Todo lo
anterior nos permite hacer algunas consideraciones sobre la sostenibilidad del
crecimiento reciente de la economía. Dada
la dinámica que ha adquirido el crecimiento de la deuda pública, que puede
llegar, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo, al 61,3% del PIB a finales del
2025 [3]agudizada
por la decisión del gobierno de aplicar la cláusula de escape de la regla fiscal,
van a ser necesarios en los próximos
años, como lo reconoce el propio gobierno en su MFMP, ajustes importantes en las finanzas del
gobierno central, especialmente en el gasto público, lo cual afectará su papel como jalonador de la demanda.
El consumo
de los hogares ha crecido de manera importante y es posible que se haya financiado con una parte de las remesas provenientes del exterior (vamos a
hacer el cálculo del ingreso nacional en una próxima entrada de este blog, para
entender el efecto de esta variable). El
crecimiento de la demanda de bienes de consumo durable ha sido del 15,2% en términos reales, y es posible que
ella se haya financiado a crédito, aun cuando las cifras publicadas por la
Superfinanciera no registran una dinámica importante en el crédito de consumo. En fin, el déficit comercial, que ha llegado
a un 6,2 % del PIB entre enero y
septiembre del 2025 (frente a un 4,7% en
al año anterior), tendrá , tarde o temprano, que corregirse, puesto que su
tamaño depende de que el resto del mundo esté dispuesto a financiarnos con inversión
extranjera, tanto directa como de portafolio, o con créditos. La manera como se corrige estos déficit siempre
tendrá algo de doloroso: una devaluación de la moneda nacional, o una contracción
de la demanda interna.
E l ajuste en
el consumo de los hogares, en las finanzas públicas y en el déficit comercial
serán en algún momento inevitables. Salvo eventos extraordinarios positivos
(como por ejemplo, un descubrimiento de un campo gigantesco de petróleo o de
gas), o un incremente en los precios de
nuestros principales productos de exportación,
no tendremos otra alternativa distinta que apretarnos el cinturón. El
próximo gobierno va a tener un reto formidable.
[1] Según datos del Ministerio de Hacienda.
Portal de transparencia económica.
https://www.pte.gov.co/web/pte/, Las cuentas nacionales se contabilizan a partir
de la causación (surgimiento de obligaciones). Por ello es adecuado tomar los
datos de obligaciones de la ejecución del Presupuesto General de la Nación.
[2] Además del gobierno central, las
cuentas del gobierno general incluyen las de las entidades territoriales y las de
seguridad social.
[3] Es posible que esta cifra sea inferior, al tener en cuenta las acciones recientes adelantadas por la Dirección General de Crédito Público y Tesorería del Ministerio de Hacienda.
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