La caída en las cifras del producto interno bruto anunciadas por el DANE podría ser mayor si se utiliza el procedimiento de medición aplicado en Estados Unidos. La situación puede ser más grave.
El jueves pasado el DANE informó los últimos datos sobre crecimiento del PIB, confirmando claramente que estamos en vías de una recesión económica, en contra de los anuncios optimistas que había presentado el Gobierno, sobre un supuesto blindaje de la economía colombiana frente a la crisis financiera internacional. El PIB creció solo un 2,5% anual en el 2008, frente a una cifra del 7.5% en el 2007. En Estados Unidos el PIB, según información del Bureau of Economic Analysis (BEA), creció en el 2008 solo un 1.1% anual.
Pero lo que realmente sirve para medir el pulso de una economía son las cifras trimestrales. Es en ellas en las que el gobierno, los empresarios y los académicos deben concentrarse para hacer el análisis coyuntural. Según el DANE, el crecimiento anual en el último trimestre del 2008 fue negativo en un 0,7%. La caída en los Estados Unidos fue, según el BEA de 6.2%. (ver gráfico No 1) Estamos entonces mal, pero aparentemente, no tanto como nuestro socio comercial del Norte.
Pero, ¿estamos realmente hablando de lo mismo? Quiero decir claramente que no, porque estaríamos comparando peras con manzanas. La metodología utilizada en Estados Unidos para medir dichas variaciones es completamente diferente a la de Colombia. Expliquemos.
Para medir la tasa de crecimiento anual de un trimestre, el DANE compara el dato del trimestre analizado con el mismo trimestre del año anterior. No tendría mucho mérito que se nos informara que el cuarto trimestre del año fue mejor que el anterior, porque siempre los últimos trimestres son mejores, por las compras navideñas que hacen los consumidores.
Pero tanto el DANE como el BEA publican series desestacionalizadas, es decir datos que aislan las fluctuaciones económicas predecibles. Esto quiere decir que, a través de complejos procesos estadísticos que no es del caso explicar aquí, se han ajustado los datos originales para prescindir de las fluctuaciones regulares, de tal manera que la información que queda se aproxima al verdadero comportamiento del ciclo económico.
Partiendo de las cifras desestacionalizadas, el procedimiento del BEA consiste en tomar la tasa de crecimiento de un trimestre con relación al trimestre inmediatamente anterior, y anualizarla, es decir, indicarnos cuál es la tasa de crecimiento anual equivalente. El procedimiento más sencillo es multiplicar por cuatro. Es exactamente lo mismo que decir que una tasa de interés trimestral del 5% es equivalente a una tasa anual del 20%. Pero este procedimiento, como lo sabe cualquiera que haya estudiado matemáticas financieras, subestima la tasa efectiva.
En realidad lo que hace el BEA es calcular la tasa de crecimiento compuesto mediante el mismo procedimiento que se utiliza para convertir una tasa trimestral de interés en una tasa efectiva anual [1]
He aplicado el anterior procedimiento para encontrar las tasas anuales de crecimiento de la economía colombiana, a partir de los datos del Dane. Lo que he encontrado es lo que se presenta en el gráfico 2.
Es decir, en el último trimestre del año pasado la economía se contrajo a una tasa anual del 4.1%. Fue menor, claro está, que la caída de Estados Unidos (6.3%), pero no estamos muy lejos. No estábamos entonces tan blindados.
Al analizar los principales componentes de la demanda según el mismo procedimiento anterior, la inversión (formación bruta de capital) cayó un 29%. Esta caída fue resultado de la baja en construcción y edificaciones (casi un 40% de tasa anual efectiva), y en obras civiles (10.2%). Valga la pena señalar que el dato anual de la caída en equipo de transporte fue del 22%. La congelación de la inversión en transporte de carga por carretera, negociada con los camioneros en el paro Julio anterior, no podía dejar de tener consecuencias negativas
A algunos economistas no les gusta este procedimiento de cálculo de las variaciones anuales porque, se argumenta, introduce una alta volatilidad en la medición de las variables económicas. Ello es cierto. Pero yo pienso que si la realidad es volátil, así lo deben reflejar las estadísticas. No tiene sentido para un médico tratar de “suavizar” los datos sobre las pulsaciones de su paciente que le reporta el electrocardiograma. Si lo hace, correría el riesgo de no darse cuenta de la gravedad de la situación. Lo mismo le puede pasar a los analistas económicos y a los gobiernos.
[1] Ver Bureau of Economic Analysis. Concepts and methods of the US National Income and Product Accounts. Julio 2008. El lector interesado lo puede conseguir aquí. La fórmula utilizada está en la página 77.
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